Un grupo de 17 investigadores de la enfermedad tropical, ecologistas y antropólogos europeos y africanos pasaron tres semanas hablando con varias personas sobre la caza de murciélagos y otros animales cerca del pueblo de Meliandoua, en el este de Guinea, donde se registró el primer caso del actual brote de ébola en diciembre de 2013. Los científicos han llegado a la conclusión de que la enfermedad la extendieron colonias migratorias de murciélagos de la fruta, informa 'The Guardian'. Se espera que los resultados de su investigación se publiquen en las próximas semanas.
El epidemiólogo Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch de Berlín, que dirigió el equipo de científicos en Guinea, afirma que el virus puede estar estrechamente relacionado con el agente conocido como 'Zaire ebolavirus', identificado hace más de 10 años en la República Democrática del Congo. Además, el epidemiólogo supuso que el virus había llegado al oeste de África a través de un ejemplar infectado de murciélago de la fruta de la especie 'Eidolon helvum'. El científico explicó que estos animales migran a través de largas distancias y habitualmente forman colonias gigantes cerca de las localidades y en los bosques.
Los científicos sospechan desde hace varios años que los murciélagos son "almacenes" salvajes de ébola, pero la transmisión directa a los seres humanos era extremadamente rara, a pesar de que los africanos cazan regularmente a estos animales para alimentarse. Casi todas las epidemias anteriores habían sido relacionadas con el comercio de carne de animales silvestres en los que los cazadores habían recogido del bosque animales muertos infectados para venderlos.
Los brotes anteriores provocaron tasas de mortalidad catastróficas entre las poblaciones de gorilas y chimpancés, lo que llevó a algunos científicos a pensar que estos primates podían ser responsables de la propagación de la enfermedad. Sin embargo, ahora los investigadores creen que no hay pruebas de que otros animales aparte de los murciélagos tengan ningún papel en la propagación del virus del Ébola.
"Hay grandes colonias de murciélagos que migran regularmente. Pueden cubrir grandes distancias en una sola noche. […] Pero las grandes colonias están conectadas. Existe la posibilidad de que el virus se mezcle entre colonias. Los murciélagos comparten la misma fruta", dijo Leendertz. Además, añadió que el virus puede transmitirse de una especie de murciélago a otra.
Si se confirma que los murciélagos son agentes portadores del ébola, las comunidades forestales podrían tratar de destruir sus vastas colonias. "Eso sería un desastre ecológico", dijo Leendertz, "porque los murciélagos polinizan plantas y devoran insectos. Y la caza de murciélagos solo aumentaría el contacto humano con los animales potencialmente infectados", advirtió el científico.
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