A menudo las galaxias parecen agruparse en grandes cúmulos o clústeres dominados por esta materia oscura. La Vía Láctea –en que se encuentra la Tierra– no es ninguna excepción. Esta pertenece al llamado 'grupo local', que está formado por alrededor de tres docenas de galaxias incluida la de Andrómeda (que está situada a unos dos millones de años luz).
El espacio intergaláctico está lleno de gas calentado a diez millones de grados y enriquecido con elementos pesados que han escapado de las galaxias a lo largo de millones de años de evolución estelar.
Estos elementos gaseosos pueden ser detectados a partir de sus líneas de emisión en rayos X e incluyen oxígeno, neón, magnesio, silicio, azufre, argón, calcio, hierro, níquel e incluso cromo y manganeso.
Junto a ellos, los científicos han descubierto señales que no proceden de elementos químicos conocidos. En consecuencia, los especialistas han sugerido que la señal sea el resultado de la desintegración de una partícula propuesta para explicar la materia oscura, el llamado neutrino estéril, según informa la página web del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
Hasta ahora nunca se ha podido detectar ni confirmar científicamente la existencia de materia oscura. Por ello, de confirmarse la hipótesis de los neutrinos estériles, el descubrimiento sería muy importante.
Confirmar la presencia de la señal y establecer su origen será posible en 2015, cuando los japoneses pongan en órbita el observatorio de rayos X Astro-H, como asegura Esra Bulbul, líder del equipo de investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
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