Mustafa Bozdemir, de 50 años, gastó 80,000 euros en remover más de 100 camiones de tierra para abrirse paso hacia una posible ciudad subterránea bajo su casa:
«Al hacer los trabajos de restauración, decidimos limpiar por completo el piso inferior, pero nos encontramos que había más niveles bajo la casa. Ya completamos cerca del 80% de las excavaciones; la tierra fue removida manualmente por 10 personas que trabajaron para limpiar un área de 2,500 metros cuadrados. Durante ese tiempo encontramos restos de huesos humanos que fueron posteriormente examinados por un equipo de la Universidad de Erciyes», explicó.
Cuando Bozdemir se dio cuenta que su herencia escondía un secreto bajo tierra, notificó inmediatamente a la gobernación de Kayseri y al Directorio de Cultura y Turismo, quienes acudieron al lugar y examinaron el sitio. El gobierno dio permiso para que se continuaran los trabajos de excavación y contribuyó económicamente con el objetivo de desenterrar la ciudad subterránea entera.
«Es probable que esta ciudad subterránea estuviera activa durante los tiempos romanos, bizantinos y selyúcidas, y que otros edificios de piedra fueran construidos durante los periodos otomanos y republicanos», dijo el alcalde local Mehmet Osmanbasoglu.
Nuvit Bayar, director de la compañía encargada de la restauración de la residencia, describió lo encontrado a los diarios locales:
«Pensamos que quizás habría un depósito para comida o un establo debajo de la casa. No teníamos idea que allí había partes de una ciudad subterránea, la cual hallamos por accidente durante la restauración. A pocos metros bajo el suelo dimos con dos niveles más bajo tierra. Hay partes con estructuras que se parecen a aquellas de las ruinas subterráneas de los asentamientos de Capadocia».
Capadocia es una región histórica de Anatolia central que se caracteriza por tener una formación geológica única en el mundo, y por su patrimonio histórico y cultural. Los antiguos habitantes de la región construyeron refugios subterráneos, donde ciudades enteras podían refugiarse en el subsuelo, y subsistir durante muchos meses sin arriesgarse al exterior. Estas ciudades subterráneas estaban construidas de varios niveles, y estaban equipadas con respiraderos, caballerizas, panaderías, pozos de agua, y lo necesario para albergar poblaciones que podían llegar hasta 20.000 habitantes. Cuando estas ciudades subterráneas fueron usadas durante el cristianismo bizantino, algunas cámaras fueron adaptadas como templos y decoradas con frescos en las paredes.
Si bien este último descubrimiento en Melikgazi difícilmente sea tan espectacular como las gigantescas ciudades en Capadocia, eso no le quita valor y solo demuestra que el mundo subterráneo de Anatolia aún no nos ha revelado todos sus secretos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario