En 1983, el aclamado escritor Stephen King publicó una de sus mejores novelas de terror, Cementerio de animales (Pet Sematary). Como el título indica, relata la actividad oscura y malévola en un cementerio de animales en Maine, EE.UU. Seis años más tarde, en 1989, el libro se convirtió película. “El cementerio viviente”, dirigida por Mary Lambert, describía a la perfección la historia de King convirtiéndose así en un clásico del cine de terror de finales de los años 80. Sin embargo, aunque parezca increíble, siempre la realidad supera la ficción, y el Cementerio de animales existió realmente.
Es un hecho poco conocido, pero a las afueras de la ciudad de Haldon Hills en Devon, Inglaterra, existe lo que podría denominarse como un cementerio de animales ilegal. En una zona claramente tranquila y apacible, que durante años ha servido como el lugar del descanso final para muchos animales domésticos, ya sean perros, gatos, conejos, canarios, hámsters, cobayas o animales mucho más exóticos.
En realidad, este tipo de cementerios de animales son totalmente ilegales en Gran Bretaña: la aprobación de la Ley de Protección del Medio Ambiente de 1990 convirtió en grave delito el hecho de enterrar cadáveres de animales en tierras de la Comisión Forestal. Sin embargo, hasta principios del 2001, la Inglaterra rural fue completamente arrasada por un devastador brote de la Fiebre Aftosa que diezmó el ganado, lo que hizo que las autoridades locales no le dieran importancia a lo que ocurría en el antiguo cementerio de mascotas.
Pero, con el nuevo cambio de siglo, la Fiebre Aftosa se extendió como un reguero de pólvora. Ahora el cementerio de animales estaba fuera de límites permitidos, y cualquiera que fuera sorprendido vagando por el área era detenido por la policía.
A partir de 1996, empezaron a circular una serie de historias sobre extraños avistamiento de bestias merodeando en los alrededores del antiguo cementerio de mascotas. Según los informes, eran bestias que parecían animales fantasmales. Por ejemplo, uno de estos relatos, tenía como protagonista a una familia que estaba conduciendo a través de las colinas, y que cuando accedieron a la zona del cementerio les apareció un Labrador espectral que se desmaterializó en frente de su coche.
Por supuesto, historias como esta ofrecen un cierto consuelo a aquellos cuyos animales están enterrados en el cementerio. Después de todo, la lógica dicta que si la gente realmente ve las mascotas fantasmas, entonces nuestros amigos de cuatro patas, plumas y/o con pelo también podrían tener almas. Y, por lo tanto, tal vez un día nos reuniremos con ellos, cuando la muerte finalmente venga a por nosotros.
Pero no todos los casos son como el relatado anteriormente. En medio de la paz y la tranquilidad del cementerio de mascotas también hay informes sobre una criatura inquietante, grotesca, y aterradora. En ocasiones las tumbas de los animales se encuentran alteradas, como si un animal salvaje hubiese estado tratando de desenterrar los cadáveres que fueron enterrados profundamente. Incluso los residentes locales hablan de una gran criatura oscura de aspecto poderoso, merodeando por el bosque de las sombras que rodea el cementerio.
Y luego está la historia de un ex francotirador de la policía británica. El ex francotirador se encontraba a altas horas de la noche en uno de los estrechos caminos que caracterizan a la zona, cuando el hombre vio a una “gran criatura de color marrón oscuro”, que saltó de entre los árboles y corrió al otro lado de la carretera. Al igual que en el relato del policía, un hombre dijo haber visto en el bosque del cementerio “como un pequeño oso peludo con una larga cola”, que estaba dando “bandazos” a través de los árboles. A medida que el hombre avanzaba para alejarse de la misteriosa criatura se encontró caminando entre las lápidas y pudo sentir una extraña sensación de ser observado por alguien o algo.
Pero, después de unos minutos, el hombre se llevó el susto de su vida cuando observó una extraña silueta “flaca y oscura”, de enorme en tamaño, a unos 100 metros de distancia. Asustado por lo que estaba presenciado, el hombre rápidamente salió de la zona para no volver jamás.
Debido a la gran cantidad de avistamientos en el cementerio de animales, muchas personas pensaron que se trataba de algún animal extinto. Sin embargo, en la década de 1990, grupos ecologistas decidieron investigar la zona sin encontrar nada en absoluto. Entonces descartando las teorías más terrenales, está claro que lo que centenares de personas afirman haber visto son las almas de las mascotas que algún día vivieron entre nosotros.
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