El tesoro, que fue hallado como una maraña de metal, incluye brazaletes, pendientes, anillos de oro, así como cadenas de plata y monedas. Los historiadores creen que las joyas fueron abandonadas por un romano rico que estaba tratando de escapar cuando el ejército de la reina Boudica marchó por la ciudad de Camulodunum (Colchester), en el año 61 d.C.
Philip Crummy, director de la organización benéfica Colchester Archaeological Trust, describió el hallazgo oculto bajo la calle principal de la urbe como «de importancia nacional y uno de los mayores tesoros jamás descubiertos en Reino Unido».
«Es un hallazgo particularmente conmovedor por su contexto histórico», explica Crummy. De acuerdo con el arqueólogo, el pánico y la desesperación ante el poderoso ejército de Boudica hacían a los habitantes indefensos del pueblo intentar enterrar o esconder los objetos de valor como joyas.
«Sabemos que las más nobles de las mujeres romanas de Colchester fueron llevadas a los bosques sagrados de la región donde fueron asesinadas de una manera horrible y la calidad de las joyas que hemos encontrado sugiere que el propietario habría estado en esta categoría, pero no hay una evidencia directa para indicar que terminó en una arboleda».
Los arqueólogos señalan que en muy raras ocasiones se encuentran en las excavaciones de la ciudad restos humanos. Sin embargo, durante la excavación más reciente fue hallada una pequeña pero importante colección que incluye parte de un hueso de la mandíbula y de la espinilla, que parecen haber sido cortados por una espada.
Boudica, la reina guerrerra
Boudica fue una reina guerrera de los icenos, que acaudilló a varias tribus britanas, incluyendo a sus vecinos los trinovantes, durante el mayor levantamiento contra la ocupación romana entre los años 60 y 61 d. C., en los tiempos del emperador Nerón.
Mientras el gobernador Cayo Suetonio Paulino estaba en el norte de Gales llevando a cabo una campaña en la isla de Mona, hoy Anglesey, que era un refugio de los británicos rebeldes y un centro druídico, los icenos conspiraron, entre otros con sus vecinos, los trinovantes, para levantarse contra los invasores romanos y eligieron a Boudica como su líder.
El primer blanco de los rebeldes fue Camulodunum, la antigua capital de Trinovantia, que se había vuelto una colonia romana. Los soldados veteranos romanos se habían establecido allí siguiendo la costumbre, y se había erigido un templo al emperador Claudio a expensas de los trinovantes. Esto hizo que la ciudad se convirtiera en un foco de resentimiento.
El ejército de Boudica cayó sobre una ciudad mal defendida y la destruyó. Sitiaron a los últimos defensores en el templo durante dos días hasta que cayeron, matando a mujeres, niños y ancianos. Después la incendiaron.
Cuando las noticias llegaron a Cayo Suetonio Paulino (gobernador de Britania), éste ordenó dirigirse a Londinium, el próximo objetivo de Boudica; pero ante la imposibilidad de defenderla, se retiró de la misma, pudiendo así Boudica incendiar la ciudad y masacrar a sus habitantes. Suetonio Paulino no llegó a tiempo para defender Verulamium, y la ciudad también fue arrasada.
Finalmente, Suetonio y Boudica entablaron combate en la Batalla de Watling Street, en un sitio entre la antigua Londinium y Viroconium. A pesar de la inferioridad numérica, una buena estrategia y gran posicionamiento en el campo de batalla le permitió al disciplinado ejército romano hacerse con una victoria aplastante.
Boudica acabó suicidándose con veneno para evitar que los romanos la atraparan. Tal fue el grado de violencia que los romanos aplicaron, que durante los cuatro siglos siguientes, la provincia se mantuvo en paz. Incluso el emperador Nerón calificó de «muy duro» el castigo infligido a los celtas que lucharon en esa batalla.
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