La empresa formalizó la semana pasada una alianza con la Academia de Ciencias Médicas Militares de China para acelerar el proceso de aprobación, según informa la agencia de noticias Reuters. "Pensamos que podremos aplicar a la Administración de Alimentos y Drogas de China antes de final del año. Lo están tomando muy en serio y podríamos conseguir luz verde", comentó el presidente de la compañía, Che Fengsheng.
La droga, en la que los especialistas chinos dicen estar trabajando desde hace cinco años, se ha mostrado eficaz durante las pruebas con ratones, pero hasta ahora no se ha sometido a pruebas clínicas, aunque el ‘holding’ detalla que se está preparando activamente para ello. Los médicos pronostican que el medicamento podrá servir también para remediar la influenza y la fiebre amarilla. Actualmente, el fármaco es aprobado solo para el uso militar en caso de una emergencia.
Originalmente, Sihuan Pharmaceutical era una unidad científica militar y tomó su actual forma solo en 2001. "Tenemos vínculos con diferentes unidades de ciencia médica militar y ya hemos desarrollado numerosos productos en cooperación con la Academia", detalló Che. Subrayó que su alianza ya había dado frutos en el pasado, como, por ejemplo, la vacuna que ayudó a remediar el brote del síndrome respiratorio agudo severo, en otras palabras, la neumonía atípica que apareció por primera vez en noviembre del 2002 en la provincia china de Cantón y luego se cobró centenares de vidas en todo el mundo. En aquel entonces, la vacuna fue aprobada por el regulador farmacéutico chino muy rápidamente y el período de pruebas clínicas quedó significativamente reducido. Che espera que con el JK-05 suceda lo mismo.
Según precisa el médico militar, Wang Hongquan, a quien se le atribuye la autoría, no se puede descartar que el ébola llegue a China. De acuerdo con la cifra oficial, unas 10.000 personas de origen chino residen en los tres Estados más afectados por la epidemia —Sierra Leona, Guinea y Liberia— y en cualquier momento uno de ellos puede querer atravesar las fronteras del país asiático. Una vez aprobado por las autoridades médicas de Pekín, el JK-05 será usado en primer lugar para tratar a los chinos infectados que trabajan en África, detalló Hongquan y, luego, también en el territorio del país asiático si surge tal necesidad. Para prestar ayuda a ciudadanos de otros países se necesitará una aprobación internacional oficial, precisó.
El JK-05 es solo uno de los fármacos experimentales antiébola en que trabajan especialistas en el mundo. EE.UU. ya llevó a cabo una serie de pruebas exitosas en monos para el ZMapp y TKM-Ebola. Para el TKM-Ebola, desarrollado en colaboración con especialistas de Canadá, incluso se obtuvo el permiso de pasar a pruebas clínicas en humanos. La japonesa Fujifilm Holdings Corp y su socio estadounidense MediVector están negociando con la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. para ampliar el uso del T-705, que inicialmente era un medicamento experimental contra la influenza, 'reconvertido' en tratamiento para el ébola. Virólogos rusos, a su vez, informaron que planean presentar vacunas para luchar contra el ébola en un plazo de seis meses.
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