La operaciones de reanimación y transplante, que se realizaron en el hospital St. Vincent's de Sídney, podrían considerarse el mayor avance médico de la última década, según el periódico local 'The Australian'.
"La intervención abre un nuevo punto de vista sobre el problema de la falta de donación de órganos", dijo Peter MacDonald, director de la unidad de transplantes de pulmón del hospital St. Vincent's.
Las unidades de transplantes dependían de los corazones con latidos de los pacientes con muerte cerebral. Esta vez el equipo de médicos encabezado por Kumud Dhital logró trasplantar dos corazones donados tras la muerte circulatoria, es decir, cuando el órgano no late. En ambos casos los pacientes se están rehabilitando sin complicaciones.
La primera persona en ser operada fue Michelle Gribilar. La mujer, de 57 años, sufría de insuficiencia cardíaca congénita y tras la intervención hace dos meces se está rehabilitando bien. Según sus propias palabras, antes de la operación no podía caminar cien metros sin dificultades, mientras ahora camina unos tres kilómetros y sube de 100 a 120 peldaños al día.
"Soy una persona totalmente diferente", dijo Michelle.
El segundo paciente, Jan Damen, de 43 años, también sufría de insuficiencia cardiaca congénita y fue intervenido hace dos semanas. "Me siento genial", dijo Damen. El paciente dice que piensa a menudo en el donante del corazón. "Pienso en que sin el donante no estaría aquí. No soy religioso ni espiritual, pero es algo difícil de entender.
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