En aquel entonces, una editorial declaró en el periódico del Vaticano que el papiro era una falsificación, al igual que otros eruditos que le restaron autenticidad al hallazgo. Sin embargo, ahora el fragmento acaba de ser analizado por científicos que concluyeron, en un reporte publicado en el Harvard Theological Review, que la tinta (un pigmento) y el papiro tenían un origen antiguo y que, en consecuencia, no podía tratarse de una falsificación moderna.
El pequeño fragmento de papiro sigue siendo estudiado por científicos de la Universidad de Columbia, de la Universidad de Harvard, y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.), quienes llevaron a cabo dataciones de carbono y micro espectroscopias Raman para determinar la composición química de la tinta. Los resultados revelaron que: “el papiro pertenece a una época entre el 700 y 800 d.C., y es consistente con otros papiros de ese tiempo al igual que la tinta utilizada. El texto no muestra ninguna variación o inconsistencia que pueda sugerir una adulteración”.
La inscripción en Sahídico, dialecto principal del Alto Egipto, sería una traducción de un texto más antiguo basado en una copia en griego hecha siglos atrás, al igual que otros evangelios cristianos. Por lo tanto, la datación de 700/800 d.C. no implica que esa sea la primera vez que apareció el texto.
No obstante, los análisis científicos no parecen ser suficientes para convencer a algunos. The Harvard Theological Review también publicará un artículo del egiptólogo de la Universidad de Brown, Leo Depuydt, anterior al reciente estudio. Depuydt dijo que hacer pruebas sobre el fragmento era irrelevante y “no veía necesidad para inspeccionarlo”. El egiptólogo escéptico proclamó la falsedad del pergamino en base a una foto que había visto del mismo en donde pudo notar “errores gramaticales”, como así también cierta similitud con escritos en el Evangelio de Tomás. La profesora King le respondió a Depuydt diciendo que lo sostenido por él era “muy poco convincente”.
King aclaró que los resultados no probaban que Jesús hubiera tenido una esposa o que hubo mujeres entre sus discípulos, solo que el papiro es verdaderamente antiguo y no fue falsificado. La profesora espera que el debate en cuanto al mismo se centre de ahora en más en lo que significa la escritura y no en si el papiro es genuino o no.
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