La semana pasada, el presidente ruso Vladimir Putin se refirió al Internet como “proyecto de la CIA” en una conferencia de medios en San Petersburgo. El comentario hacía referencia a los orígenes de Internet como un proyecto de DARPA, una agencia de investigación (ligada históricamente a la CIA, en efecto) que desarrolló las primeras redes computacionales con fines militares, antes del boom de sus aplicaciones civiles.
Para Putin y el Kremlin, sin embargo, Internet se plantea como un nuevo campo de batalla virtual, pues a decir del mandatario, la CIA aún controla la red “y la está desarrollando como tal”, por lo que Rusia necesita “pelear por sus intereses” también en línea. Estas declaraciones se dan en el marco de una nueva ley aprobada por el parlamento ruso donde se vuelve obligatorio para los proveedores de redes sociales el mantener sus servidores dentro de Rusia, y almacenar la información de sus usuarios al menos durante seis meses.
Putin atacó duramente al motor de búsqueda principal de Rusia, Yandex, compañía que aloja sus servidores en Holanda “no sólo por razones de impuestos”, a decir del presidente, “sino por otras consideraciones también.” Luego de estos comentarios, las acciones de la empresa bajaron 5% en el índice Nasdaq.
Yandex se defendió alegando que mantiene su sede en Holanda “únicamente debido a las leyes corporativas” y no de impuestos, además de que “prácticamente todos los impuestos [de Yandex] se pagan en Rusia.”
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