En numerosas ocasiones, la policía ha hecho uso de los "poderes" psíquicos de algunos dotados, y para su sorpresa, estos han sido capaces de resolver los crímenes más complejos. Y es que cuando todo parece estar perdido, el "sexto sentido" se convierte en el arma de los detectives.
Aunque fue un fenómeno que alcanzó su esplendor durante los años sesenta del pasado siglo, en pleno apogeo espiritual provocado por la ruptura de valores de la era hippie, lo cierto es que las capacidades extrasensoriales de algunos videntes siguen siendo utilizadas en la resolución de muchos crímenes y numerosas desapariciones por parte de los cuerpos de policía -aunque siempre como último recurso- de países tan diferentes como el Reino Unido, Estados Unidos, España, Israel, Holanda o Chile, en donde a lo largo del año 2005 se ha recurrido a la poderosa psique de Isabel Ávila, conocida como "la mentalista de Chimbarongo".
El pasado mes de mayo, 44 soldados chilenos murieron en las montañas de la Octava Región, cerca del volcán Antuco. Cinco de los cuerpos no pudieron ser encontrados en las sucesivas batidas realizadas en la zona. Ante la gravedad del asunto, el Departamento de Defensa, a petición de los familiares de los desaparecidos, aceptó la ayuda de Isabel, que se ofreció para poner sus dotes psíquicas al servicio de los grupos de rescate encargados de las labores de búsqueda.
"Estamos trabajando con los familiares de las víctimas. Nos han entregado mapas sugeridos por personas videntes y yo, personalmente, subí con Ávila, que está ayudando a los socorristas en la montaña. También tengo noticias de otra psíquica de la comunidad y vamos a hacer todas las gestiones necesarias para que esta señora también pueda subir en los próximos días", afirmó el coronel Patricio Espinosa, supervisor de la misión de rescate.
Aunque la posición del coronel Espinosa no es la habitual en estos casos, donde la buena imagen de los cuerpos de seguridad juega en detrimento de la consideración de los videntes como piezas clave de la investigación, lo cierto es que, en muchos países de Latinoamérica, se ha optado por incluir a estos singulares sujetos en las investigaciones con el fin de aportar pistas en casos complicados o crímenes sin resolver.
Al parecer, la chilena Isabel Ávila, de 47 años, heredó de su madre y su abuela una misteriosa capacidad que le ha permitido resolver varios episodios de personas desaparecidas. Además del caso de los accidentados de Antuco, Ávila ha colaborado recientemente en la búsqueda del joven Andrés Vidal, un deportista que se cayó al río Aysén.
El cuerpo del muchacho, que falleció ahogado, fue encontrado justo en el radio que la psíquica había señalado en el croquis que realizó cuando fue solicitada su ayuda tres semanas antes del fatídico hallazgo. El fiscal, Lorenzo Avilés, se mostró asombrado ante la exactitud de los datos aportados por la misma: "No existe base científica para este tipo de cosas. Sólo puedo decir que un par de semanas antes de encontrar el cuerpo nos dijo que el joven estaba en el río e incluso envió un esquema de una zona muy similar al sector donde finalmente apareció".
Pocos meses antes, en marzo, Ávila encontró el cuerpo de una pequeña de cinco años en el río Jofré, en Coyhaique (Chile). Gracias a una fotografía de la víctima -procedimiento habitual entre los "detectives psíquicos"- determinó el lugar exacto donde se encontraba el cuerpo sin vida de la niña en tan sólo dos horas, algo que los policías no consiguieron en más de dos semanas. La mujer dibujó un croquis y se lo envió por fax a los agentes, quienes rápidamente encontraron el cadáver.
"No soy una iluminada ni tengo poderes sobrenaturales. Sólo es un don que Dios me entregó", afirma con humildad la psíquica, quien, como otros paragnostas ya convertidos en clásicos -Gerard Croiset o Greta Alexander- no cobra por sus servicios; su único interés es, como ella misma afirma, ayudar a las personas en todo lo posible. Por desgracia, el escepticismo y la falta de confianza ha llevado a que la tachen de bruja en muchos lugares: "Me parece una falta de respeto, porque mi trabajo es serio", afirma con resignación.
Las mujeres y su extraordinario poder mental
Aunque es la citada Isabel Ávila la más reconocida psíquica de la actualidad, muchas fueron las mujeres que obtuvieron éxitos parecidos e incluso mayores años antes. Tal fue el caso de Greta Alexander, quien durante los años ochenta del pasado siglo alcanzó un notable reconocimiento.
En aquella época, la llamada "médium de Illinois" colaboró en la friolera de 200 casos anuales. El más célebre fue el hallazgo del cuerpo de Mary Cousett, una joven que fue secuestrada y asesinada. Ante el asombro de los agentes asignados al caso, la médium cerró los ojos y, tras unos minutos de trance, comenzó a hablar y pronunció una serie de impresiones que, en un principio, no parecían tener sentido alguno.
El detective encargado del caso, un tal Fitzgerald, tomó nota de todo lo que Alexander explicaba: el cuerpo de la mujer desaparecida sería encontrado en un terraplén cerca del agua; su cabeza estaría separada del cuerpo y le faltaría un pie o una pierna. Además, la vidente tenía la impresión de que en las proximidades había una escuela. Posteriormente, efectuó un croquis de la zona en la que se debía encontrar, pese a que el lugar había sido registrado sin éxito por la policía en varias ocasiones.
El cuerpo de la muchacha fue encontrado en el lugar exacto que había señalado Alexander. Sus restos estaban esparcidos en un terraplén de la orilla del río. Sus huesos habían sido despedazados por animales salvajes, de tal manera que el cráneo y uno de los pies se hallaban separados del cuerpo, que estaba cerca de una antigua escuela abandonada.
Además, el primer agente en encontrarla, Steve Trew, se había herido tres semanas antes en varios dedos con una prensa taladradora. Todas las impresiones de la médium de Illinois eran exactas... Las capacidades de otra clarividente, Nella Jones, aunque más cuestionadas que las de su colega, tenían poco que envidiar a las de Alexander.
Ponía sus servicios a la caza de asesinos en serie, algo que ya habían hecho otros destacados psíquicos como Peter Hurkos en los años sesenta. En 1975, una serie de horribles crímenes aterrorizaron a los ciudadanos de la ciudad inglesa de Yorkshire. El criminal, conocido como "el destripador de Yorkshire" por la similitud de sus asesinatos con los del archifamoso Jack el destripador, había acabado brutalmente con la vida de trece mujeres.
En el escaso tiempo transcurrido en unos pocos días, asesinó a tres jóvenes, aplastando sus cráneos con un martillo y troceando sus cuerpos. En una serie de predicciones que Jones adelantó a los periodistas -entre octubre de 1979 y enero de 1980-, señaló que el nombre del destripador era Peter, que trabajaba como camionero para una empresa cuyo nombre comenzaba por la letra C, y que vivía en el cuarto piso del número seis de una calle situada en la zona de Bradford, en Yorkshire.
Aunque en 1979 un estudio publicado por el Journal of Police Science and Administration concluyó que los médiums no habían proporcionado información adicional relevante para la resolución de importantes crímenes, cuando el destripador de Yorkshire fue acorralado en 1980 resultó que las pistas aportadas por Nella Jones habían sido correctas: el asesino se llamaba Peter Sutcliffe, trabajaba como camionero para la empresa Clark Transport y vivía en el número seis de la calle Garden Lane, en Bradford.
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