Un terremoto que afecte desde la zona sur de Perú hasta Mejillones, en el norte de Chile, y cuya magnitud podría ser “en el peor escenario” de 8.8 a 9.0 grados en la escala Richter,es lo que vienen diciendo los expertos desde que se produjo el mega sismo en la zona centro-sur del país.
Y es por eso que las advertencias sismicas no paran. Uno de los que comenzó con estas teorías fue el geógrafo físico de la Universidad Católica de Chile, Marcelo Lagos, quien aseguró que podría producirse “ahora o en tres años”.
Sus palabras se fundamentan en el hecho de que en el área afectada, definida como “laguna sísmica”, no ha habido movimientos desde hace 134 años. El 9 de mayo de 1877 se produjo el último gran terremoto en el área, que abarca unos 600 kilómetros de largo.
“Esta ha sido la calma sísmica más antigua de Chile”, dijo el especialista y el terremoto es tan inminente que “podría ser ahora, mañana o en tres años”.
El análisis de Lagos tiene como base el estudio de la rigidez alrededor de la falla (con qué fuerza se rompen las rocas), la dislocación en la falla (cuántos metros se van a mover los bloques), la longitud de la ruptura y su ancho. Además dentro de los cálculos se debe considerar la llamada tasa de convergencia de las placas tectónicas en el norte de Chile, que es de siete centímetros por año. La última parte de las estimaciones matemáticas, indicó Lagos, permite calcular la magnitud del momento (Mw), que es una medida logarítmica. Lagos concluyó que un terremoto es esperable y puede ser inminente, con una magnitud de 8.8 a 9.0 grados Richter si se rompen los 600 kilómetros de longitud de la laguna sísmica.
Pero los otros expertos no quisieron quedarse atrás. El académico de la Universidad de Chile y de la Universidad Louis Pasteur, de Francia, Armando Cisternas, se refirió a los plazos en que llegaría esta catástrofe.
“La ruptura (de las placas tectónicas) se produciría entre Arica y Antofagasta. En ese sector se han ido acumulando deformaciones de material que están cercanos a la ruptura. Puede ser este año, puede ser el próximo o en diez años más. No puedo decir exactamente cuántos años, pero está en el orden de los 15, no va a ser mucho más tiempo”, expresó el profesor en Las Últimas Noticias.
Consultado por la certeza de que el evento sucederá pronto y no en varias décadas más, Cisternas sostuvo que “estamos más o menos en el momento en que ese terremoto tiene que venir. El acercamiento entre las dos placas es tal que cuando se mueva una respecto de la otra se producirá un movimiento del orden de los 12 metros de una placa respecto de la otra. Eso es equivalente a un terremoto magnitud 9. Así que ya está todo preparado para que ello ocurra”.
Por su parte, Jaime Campos, del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, precisó que ese movimiento telúrico se puede producir en un lapso de 10 a 20 años. “No van a ser 100 años”, enfatizó.
“La laguna sísmica en el norte es de un tamaño tal que podría generar un terremoto de magnitud de ocho grados o superior, pero no se puede predecir si esa energía se va a liberar en un solo movimiento o en varios”, añadió.
En concreto, insistió que “esa laguna sísmica se sitúa entre Antofagasta y Arica; los últimos terremotos de gran intensidad registrados en esa zona se produjeron en los años 1868 y 1877, y fueron capaces de generar maremotos que llegaron hasta las costas de Japón, por lo que su magnitud debió de ser de al menos 8,5 grados Richter”.
Últimos terremotos en la zona
Ya a mediados del siglo pasado, en 1950, se produjo otro terremoto de ocho grados de magnitud en la zona de Antofagasta. Este movimiento telúrico fue entonces malinterpretado, ya que se creyó que su epicentro se había localizado en el mar.
Los sismólogos identificaron en 1992 el área entre Arica y Taltal, a 1.100 kilómetros al norte de Santiago, como una laguna sísmica, y advirtieron entonces que en esa zona se podría producir un terremoto “en un futuro próximo”.
Esto ocurrió sólo tres años después, en 1995, cuando se desató el terremoto de Antofagasta, de magnitud de 8,1 grados, que llenó parte de la laguna sísmica, situada en un principio entre Taltal y Arica, y que después quedó reducida al área entre Antofagasta y Arica.
Pese a este fuerte movimiento telúrico, en todo este tiempo la zona no ha estado exenta de temblores, como los últimos detectados en 2005 en la región de Tarapacá, de 7,9 grados, y en 2007 en Tocopilla, de 7,7 grados Richter.
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