lunes, 24 de marzo de 2014

El manto de invisibilidad con forma de pirámide del Pentágono

Cualquier objeto cubierto por esta capa tridimensional contra las ondas acústicas pasa desapercibido para el sónar y los radares.

Con poco más que unas cuantas hojas perforadas de plástico y una asombrosa cantidad de cálculos numéricos, ingenieros de la Universidad de Duke, con financiación del Pentágono, han fabricado una nueva capa de invisibilidad acústica tridimensional. El nuevo dispositivo desvía las ondas de sonido para crear la impresión de que tanto el manto como lo que hay debajo no están allí.

El dispositivo de camuflaje acústico funciona en las tres dimensiones, no importa en qué dirección viene el sonido, ni dónde se encuentra el observador, y tiene potencial para futuras aplicaciones, como evitar el sónar y la acústica arquitectónica. El estudio aparece en Nature Materials.




“El truco especial que estamos haciendo es esconder un objeto de ondas de sonido”, dice Steven Cummer, profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en la Universidad de Duke. “Al colocar esta capa alrededor de un objeto, las ondas sonoras se comportan como si no hubiera más que una superficie plana en su camino”, explica.

Para lograr este nuevo truco, Cummer y sus colegas se centraron en el desarrollo de metamateriales: la combinación de materiales naturales en patrones de repetición para lograr propiedades no naturales.

En el caso de la nueva capa acústica, los materiales que manipulan el comportamiento de las ondas sonoras son simplemente plástico y aire. Una vez construido, el dispositivo se parece a varias placas de plástico con un patrón de repetición de agujeros que asoman a través de ellos apilados uno encima del otro para formar una especie de pirámide.


Para dar la impresión de que no está allí, el manto debe alterar la trayectoria de las ondas sónicas para que coincida con lo que se vería como si se hubieran reflejado en una superficie plana. Debido a que el sonido no está llegando a la superficie que hay debajo, se desplaza a una distancia más corta y su velocidad debe ser frenada para compensar.

Para probar el dispositivo de camuflaje, los investigadores cubrieron una pequeña esfera con la capa y la sometieron a un sonido metálico con ráfagas cortas de sonido desde varios ángulos. Usando un micrófono, analizaron cómo las ondas respondían y produjeron imágenes de cómo se movían por el aire.

Aplicaciones militares

Cummer y su equipo compararon estas imágenes a las creadas tanto con una superficie plana sin obstáculos y con una esfera no oculta bloqueando su camino. Los resultados muestran claramente que el dispositivo de camuflaje hace que parezca como si las ondas sonoras fuesen reflejadas por una superficie vacía.


Este experto cree que la técnica tiene varias aplicaciones comerciales potenciales, como el diseño de auditorios con control o corrección acústico.

“Llevamos a cabo nuestras pruebas en el aire, pero las ondas sonoras se comportan de manera similar bajo el agua, por lo que una posible utilización obvia es evitar el sónar”, añadió. Cummer. Precisamente, la investigación fue apoyada por subvenciones de la Iniciativa de Investigación Multidisciplinaria de la Universidad de la Oficina de Investigación Naval y de la Oficina de Investigación del Ejército.

El pasado año, investigadores valencianos diseñaron el primer “manto de invisibilidad acústica” tridimensional del mundo, a partir de anillos de material plástico que rodean al objeto encubierto e impiden que traspasen las ondas acústicas.


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