Según informa el Santa Cruz Sentinel, la ballena fue descubierta el 4 de septiembre por un paleontólogo asignado para monitorear un desarrollo urbano en Scotts Valley. El espécimen preservado en excelentes condiciones es un ancestro de las ballenas actuales, y mide 7.6 metros de largo. Los científicos dicen que el hallazgo es excepcional, ya que les permitirá tener una oportunidad única de estudiar una ballena que vivió hace tanto tiempo e indagar en los aspectos evolutivos de los cetáceos barbados.
Encontrar una ballena en una montaña no es algo de todos los días, para que los restos descansen en un punto tan alto de la geografía tuvieron que pasar millones de años de un leve pero constante movimiento tectónico que elevara el lecho oceánico y lo convirtiera, en este caso, en una montaña.
Actualmente, los científicos se encuentran recubriendo los huesos con yeso para preservar los restos y transportarlos más fácilmente para su estudio en las oficinas de Paleo Solutions, en Monrovia, al sur de California.
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