Una mujer de Florencio Varela asegura haber mantenido un encuentro cercano del tercer tipo con 14 extraterretres que le contaron qué venían a hacer en la Tierra.
La historia es de 2009, y sus características sorprenden. Se trata de una joven mujer de Florencio Varela que se animó a contar en detalle la alucinante situación que vivió cuando 14 extraterrestres aparecieron en su habitación y rodearon su cama para hacer “contacto”.
Fueron unos 40 minutos en los que asegura se comunicó con los “visitantes” de manera telepática. En ese tiempo, ellos le contaron muchos de sus secretos, por ejemplo que cambian de “guardias” en la Tierra cada seis meses y que hay decenas de civilizaciones de otros mundos que llegan para estudiarnos. El suceso es analizado por expertos en ovnilogía de todo el mundo.
El episodio fue divulgado por Jorge Marrón y Daniel Valverdi, especialistas del Grupo Ovni, quienes incluso lograron entrevistarse con la principal testigo, una mujer en ese entonces de 23 años, que habita una casa de Florencio Varela junto a su marido e hija.
Karina es el nombre de la protagonista de esta historia, y su relato resulta apasionante para todos aquellos que estudian los fenómenos de encuentros del tercer tipo.
Entre otras cosas, la protagonista contó que los extraterrestres le revelaron que vienen al planeta cada seis meses, tras lo cual otro grupo los reemplaza, y le explicaron que actualmente hay decenas de civilizaciones de otros planetas que “bajan” e interactúan en la Tierra para estudiarla (y seguramente estudiarnos).
“Nunca tuve una experiencia de este tipo. Estábamos acostados, mi marido, mi beba y yo. Ellos dormían y yo intentaba hacerlo. De pronto, siento luces, y cuando abrí los ojos no había nada. Cerré los ojos nuevamente, y pasó lo mismo. Como un fogonazo de luz. Abrí los ojos rápidamente, pero lo único encendido en la pieza era una estufa”, contó Karina a los expertos.
Pero el relato continúa. “La cuarta vez que pasó esto, lo sentí más cerca. Abrí los ojos y ya veo a los seres al lado mío. Yo estaba acostada en el medio, entre mi nena y mi marido. Me destapé, y me senté. Estaban alrededor de la cama. Eran catorce, todos de baja estatura, menos uno, que era muy alto, calculo de unos dos metros. Este último se quedó del lado de mi marido, lo miraba fijo. Los chiquitos estaban alrededor, y serían de 1,30 metros, sobresalían un poco del sommier de mi cama, que es bastante alto”, dijo la joven.
En su descripción de los hechos a los investigadores Marrón y Valverdi, la testigo explicó que intentó despertar a su marido, pero no pudo. “Hasta le clavé las uñas, pero nada. La nena estaba del otro lado, boca abajo, pero ninguno reaccionaba. En ese momento, uno me dijo que no despierte a mi esposo, porque él no estaba preparado. Me doy cuenta que me hablaban de forma telepática, y yo les podía responder del mismo modo”, contó Karina.
“Prácticamente eran todos iguales, la única diferencia era la altura de uno. Eran flacos, de cuello largo y cabeza más chiquita. Los ojos de color negro, eran como almendras, achinaditos, y la boca también chiquita. También tenían arruguitas en la cara y la cabeza era como un óvalo. Tenían hombros, los dedos eran largos y no tenían uñas”, describió la mujer, agregando que “el único movimiento que hicieron fue tocar a la nena, quien estaba al lado de un grupo y le tocaron el pelo, luego las palmas de la mano y levantaron uno de sus brazos”.
Como se dijo, el relato de Karina se conoce a partir de la divulgación del Grupo Ovni, y desde ese momento no para de cautivar a todos los estudiosos de la ovnilogía en el mundo, por el altísimo nivel de información y puntualidad en los detalles.
“Cinco se quedaron del lado izquierdo, de frente había cuatro y otros cinco del lado derecho de la cama. Yo era la única que no estaba paralizada. Nos comunicamos durante unos 40 minutos, con la boca cerrada. Es decir, yo hablaba pero no movía la boca. Llegué a tocar a uno de los bajitos, y él me tocó la cara a mí. Es que sentí la necesidad de tocarlo, la verdad es que sentía mucha paz en su compañía. Nunca percibí que podían hacerle algo malo a mi hija o a nosotros”, sostuvo Karina.
“De pronto hizo un movimiento -comentó la testigo-, me tocó con dos dedos, y finalmente con un dedo me rozó la frente. Me dijeron que venían a traerme respuestas sobre un libro negro (la Biblia), y que lo que yo pensaba era verdad. Cuando les hacía una pregunta, me contaban todo, con detalles”.
En su relato a los investigadores, Karina expresó que “el alto estuvo todo el tiempo mirando a mi marido. Tenía la cabeza un poco más chica que el resto, porque los bajitos eran más cabezones. Era como tocar la piel de un bebé. Tenían arruguitas, pero no las sentí cuando toqué a uno de ellos. La piel era fría y el color de una tonalidad extraña, no eran blancos ni grises. Tenían una tonalidad que no existe acá”
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