Un grupo de arqueólogos a cargo de Stephen Houston de la Universidad de Brown, difundieron ayer el descubrimiento del templo maya del Sol Nocturno en el sitio arqueológico El Zotz, Guatemala, ubicado sobre una pirámide de 13 metros. El anuncio se hizo en una conferencia de prensa en el Palacio Nacional de Cultura organizado por el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala.
“Las paredes exteriores de la estructura representan al dios (Sol) en un conjunto sin precedentes de imágenes hechas en estuco pintado”, señala el comunicado Universidad de Brown.
Stephen Houston explica que es una estructura ornamentada que data del año 350 a 400 d.C., y que viene coronada por un templo, el cual está cubierto de máscaras que representan las diferentes fases del Sol acompañado de más adornos de colorido estuco.
Hay una tumba real del fundador de la primera dinastía de El Zotz (Pa’chan), descubierta en 2010 llena de restos humanos, y el templo se encuentra justo detrás de ésta, en la cima de laPirámide el Diablo. La estructura fue construida probablemente después de la tumba, para venerar al líder enterrado allí, señala el arqueólogo.
Pirámide
“La pirámide el Diablo es uno de los edificios más ambiciosos decorados en la América antigua”, explica Houston.
“Los estucos proporcionan una visión sin precedentes sobre cómo los mayas concebían los cielos, como se pensó en el sol, y como si el Sol mismo hubiera sido injertado en la identidad de los reyes y las dinastías que les siguieron”, destaca en el informe
La pirámide estaba construida tanto para observar en el horizonte los templos de Tikal, otra ciudad maya cercana, como para ser vistos desde lo lejos, según el Ministerio de cultura.
El lugar está a 190 metros sobre el punto más bajo del valle y a 160 metros sobre el nivel de la plaza principal de la ciudad El Zotz. Es una pirámide de 13 metros de altura, con múltiples niveles.
El templo del Sol Nocturno
El templo se encuentra en la parte principal de un acantilado de altura, con lo que debió ejercer una presencia importante hace 1600 años, pintado de un esplendoroso color rojo.
El lugar del templo se ubica mirando al valle Buena Vista, una de las rutas más importantes de comercio entre las zonas este y oeste de la región maya, informa el Ministerio de Cultura.
El equipo de investigadores destaca que el color debió resplandecer tanto a la salida como en la puesta del Sol, con una luz visible hasta 15 kilómetros de distancia, informan los arqueólogos de Houston.
Las máscaras de las diferentes fases del Sol -conocido como Kinich Ajaw en idioma local- se mueven de Este a oeste en el transcurso del día, representando diferentes deidades.
Una de ellas es un pescado, la de la primera fase, cuando el Sol está en el horizonte con el Caribe al este. La tercera fase correspondería al Sol nocturno y está representado por un jaguar. Entre cada máscara se ilustran a venus y otros planetas “como bandas enjoyadas”, según el informe.
“El Templo del Sol Nocturno anuncia su presencia cuando el Sol amanece en el este y se hunde en el horizonte. El Sol sale por la parte posterior del templo, se eleva sobre el edificio que contiene la tumba del gobernante y fundador de la primera dinastía de El Zotz (Pa’Chan), siendo éste templo un recuerdo diario de un resurgimiento eterno”, informa el Ministerio de Cultura.
Aún queda por descubrir más del 70% del templo, ya que los mayas construyeron niveles adicionales a la estructura original. Los expertos dicen que fue justamente esto lo que ayudó a la preservación, pero advierten que “hace más difícil la excavación”.
Para los arqueólogos guatemaltecos, el templo posiblemente tiene un total de 14 mascarones a la altura del friso, de ellos solo 8 se han documentado por lo que es necesario seguir explorando. Son monumentales estructuras de 1.50 metros de alto y cada una de ellas tiene otros mascarones de rostros pequeños o glifos.
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