miércoles, 21 de septiembre de 2016

Encuentran esqueleto humano en el barco que contenía el mecanismo de Anticitera


Arqueólogos submarinos han recuperado parte de un esqueleto humano del barco hundido hace más de 2.000 años en el que se encontró el famoso mecanismo de Anticitera, considerado el artefacto tecnológico más sofisticado de la antigüedad.

A partir de los fragmentos de ese aparato descubiertos en el año 1900, cerca de la isla griega de Anticitera, los científicos lograron descifrar por primera vez este año las inscripciones del engranaje, lo que les permitió confirmar que se utilizaba con fines astronómicos y de calendario. 

El 31 de agosto, un grupo de arqueólogos desenterró los huesos «sorprendentemente bien preservados» de un esqueleto humano en la misma localización, informó Scientific American, lo que permitirá avanzar en el conocimiento sobre quiénes transportaban el artefacto, para cuya fabricación se utilizaron avanzadas técnicas de ingeniería y astronomía. 


«Estamos maravillados», expresó a la revista científica británica Brendan Foley, arqueólogo de la Institución Oceanográfica Woods Hole, que subrayó que el siguiente paso para los investigadores será analizar el ADN de los restos.



Según un examen preliminar de los huesos desarrollado en el Museo de Historia Natural de Dinamarca, el individuo que viajaba en el barco, que cargaba el mecanismo de Anticitera junto con otros objetos de lujo a través del Mediterráneo, era un hombre joven. Hannes Schroeder, uno de los expertos del museo danés, es optimista respecto a la posibilidad de llevar a cabo el estudio del ADN, dado que los restos incluyen un pedazo del hueso temporal del oído que suele preservar el material genético mejor que otras partes del esqueleto. 

El análisis de ADN podría otorgar a los científicos información sobre características físicas del individuo encontrado, como su color de pelo y de ojos, así como el origen geográfico de sus ancestros, lo que serviría para acercarse al origen del mecanismo de Anticitera. 

Por ahora, y mientras espera otra exploración submarina en busca de más huesos, los investigadores decidieron bautizar al individuo encontrado como Panfilos, nombre que figura tallado en una copa de vino hallada en el naufragio. «Tu mente comienza a darle vueltas al asunto», dijo Schroeder. «¿Quiénes eran estas personas que cruzaban el Mediterráneo hace 2.000 años? Tal vez uno de ellos era el astrónomo dueño del mecanismo».

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