Un ingeniero e inventor canadiense ha elaborado un concepto de avión futurista que podría alcanzar una velocidad de 12.000 kilómetros por hora, superando 5 veces la velocidad del Concorde y 10 veces la velocidad del sonido.
El Skreemr es un proyecto de aeronave supersónica del futuro descrito por el ingeniero e inventor canadiense Charles Bombardier en su publicación en el periódico canadiense 'The Globe and Mail'.
Se trata de un avión que sería lanzado desde un sistema de lanzamiento de cañón de riel magnético, el cual le permitiría alcanzar una gran velocidad. A continuación, la moderna aeronave pondría en marcha cohetes de oxígeno líquido o querosén para subir de altitud y alcanzar la velocidad de Mach 4.
Luego, el avión encendería su motor principal, un estatorreactor de combustión supersónica, y quemaría hidrógeno u oxígeno comprimido para continuar su aceleración. En teoría, esta aeronave podría aumentar su velocidad hasta 10 Mach, lo que es 10 veces más rápido que la velocidad del sonido.
El inventor especifica que el Skreemr se utilizaría como un avión comercial para viajar de un continente a otro. "Volaría cinco veces más rápido que el Concorde y podría transportar a unos 75 pasajeros", añade Bombardier. Asimismo, el cañón de riel magnético podría utilizar electricidad limpia para lanzar la aeronave y los cohetes y estatorreactores de combustión supersónica podrían quemar hidrógeno fabricado con energía hidroeléctrica, añade el ingeniero.
El autor del proyecto admite que el mismo no podría hacerse realidad en el futuro próximo ya que se necesitarían años para que los estatorreactores de combustión supersónica, que se están desarrollando actualmente por EE.UU. y China, pasen a utilizarse recién en drones militares. "Pero en el futuro lejano, podrían utilizarse para transportar pasajeros a través de los océanos a una velocidad muy alta", sostiene Bombardier.
Antes de que el Skreemr pueda construirse, habría que superar enormes barreras tecnológicas, señala el portal Popular Mechanics. En primer lugar, "será difícil encontrar un material asequible que pueda soportar el calor extremo de la aceleración, sobre todo en las altitudes más bajas", señala el portal. Otro problema sería encontrar una manera de lanzar la aeronave con éxito sin que los pasajeros pierdan la conciencia por las sobrecargas debido a las fuerzas de la gravedad.
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