¿Podemos nosotros como humanos, y con el campo electromagnético de nuestro corazón, afectar de forma positiva al campo electromagnético de la Tierra?
La respuesta es que SÍ.
LOS FUNDAMENTOS
Científicamente se ha demostrado:
Que el corazón, tu corazón, tiene un campo electromagnético que rodea tu cuerpo y que es 5.000 veces más potente que el de tu cerebro.
Que este campo electromagnético, procedente de tu corazón, se puede medir con los equipos adecuados a más de 2 metros de distancia de tu cuerpo.
En lugar de enfocarnos en lo que queremos, y permitir que esto se desarrolle con el tiempo, escupimos: ira, frustración, aburrimiento, preocupación, ansiedad, culpa, miedo, buscamos culpables (todo tipo de pensamientos y sentimientos inarmónicos inferiores). Nos comportamos como si pudiéramos pensar y sentir cualquier cosa con impunidad porque no vemos los resultados inmediatos de nuestro pensamiento. Estas emociones modifican ese campo electromagnético y lo distorsionan.
Que las emociones de amor, alegría, agradecimiento y compasión armonizan este campo.
Que tu campo electromagnético interacciona con el de las personas que te rodean.
Que el campo electromagnético del corazón, como ocurre con los imanes, se amplifica y se suma con otros campos.
Que uniendo nuestra intención, podemos lograr que nuestro campo se haga más grande y armonioso.
LA REALIDAD
Con un número suficiente de personas con una intención focalizada en la armonización del campo electromagnético de su corazón y del planeta Tierra, podríamos modificar y armonizar el campo magnético del planeta.
Muchos creen que la conciencia se origina únicamente en el cerebro. Recientes investigaciones científicas sugieren que la conciencia emerge del cerebro y del cuerpo actuando juntos. Una creciente evidencia sugiere que el corazón juega un papel particularmente significativo en este proceso.
Mucho más que una simple bomba, como alguna vez se creyó, el corazón es reconocido actualmente por los científicos como un sistema altamente complejo, con su propio y funcional “cerebro”. Investigaciones en el nuevo campo de la Neurocardiología muestran que el corazón es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información.
El sistema nervioso dentro del corazón (o el “cerebro del corazón”) lo habilita para aprender, recordar y para tomar decisiones funcionales independientemente de la corteza cerebral.
Por otra parte, numerosos experimentos han demostrado que las señales que el corazón envía constantemente al cerebro influyen en las funciones que involucran a los procesos de percepción, de conocimiento y los emocionales.
Además de la extensa red de comunicación nerviosa que conecta al corazón con el cerebro y con el resto del cuerpo, el corazón también transmite información al cerebro y al cuerpo a través de campos electromagnéticos.
El corazón genera el más poderoso y más extenso campo rítmico electromagnético del cuerpo. Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud y penetra en cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado, a varios metros de distancia del cuerpo, con magnetómetros sensibles.
El corazón genera series continuas de pulsos electromagnéticos en los cuales el intervalo de tiempo entre cada latido varia de forma dinámica y compleja.
El siempre presente campo rítmico del corazón tiene una influencia poderosa en los procesos a lo largo del cuerpo. Hemos demostrado, por ejemplo, que los ritmos del cerebro se sincronizan naturalmente con la actividad rítmica del corazón y además, que durante la manifestación sostenida de sentimientos como el amor, la presión de la sangre y el ritmo respiratorio, entre otros sistemas oscilatorios, se conjuntan con el ritmo cardiaco.
Proponemos que el campo electromagnético del corazón actúa como una onda portadora de información que provee una señal global que se sincroniza con todo el cuerpo.
Específicamente, creemos que las ondas pulsantes de energía se irradian desde nuestro corazón e interactúan con los órganos y otras estructuras corporales.
Estas ondas pulsantes codifican o graban las características y las actividades dinámicas de estas estructuras en patrones de formas de ondas de energía que se distribuyen a lo largo del cuerpo. De esta manera, la información codificada actúa para in-formar, literalmente, le informan y le dan forma a la actividad de todas las funciones corporales para coordinar y sincronizar los procesos en el cuerpo como un todo.
Desde esta perspectiva necesitamos tener un concepto energético de información, en el cual los patrones de organización están inmersos dentro de las ondas de energía de actividad sistemática distribuidas a través del sistema como un todo.
Investigaciones realizadas en el Instituto Heart Math muestran que la información perteneciente al estado emocional de una persona, también es comunicada vía el campo electromagnético del corazón. Los patrones rítmicos de los latidos del corazón cambian significantemente mientras experimentamos diferentes emociones:
Emociones negativas, como la ira o la frustración, están asociadas con un errático, desordenado e incoherente patrón en el ritmo cardiaco.
En contraste, emociones positivas como el amor o la gratitud, están asociadas con un suave, ordenado y coherente patrón en la actividad del ritmo cardiaco.
A su vez, estos cambios en el patrón del ritmo cardiaco crean los cambios correspondientes en la estructura del campo electromagnético irradiado por el corazón, que puede ser medido mediante una técnica llamada análisis espectral.
Más específicamente, hemos demostrado que las emociones positivas sostenidas, parecen hacer surgir un modo distinto de funcionamiento, al cual llamamos coherencia psicofisiológica.
Durante este modo distinto de funcionamiento (coherencia psicofisiológica), el ritmo cardiaco exhibe un patrón de onda de forma casi sinusoide y el campo electromagnético del corazón se vuelve mucho más organizado.
· A un nivel fisiológico, este modo distinto de funcionamiento se caracteriza por una incrementada eficiencia y armonía en la actividad e interacción de todos los sistemas del cuerpo.
· Psicológicamente este modo distinto de funcionamiento (la coherencia psicofisiológica) está asociado a una notable reducción en el diálogo mental interno, reducción de las percepciones del estrés, incrementado balance emocional y una mejorada claridad mental, discernimiento intuitivo y rendimiento cognoscitivo.
En suma, nuestra investigación sugiere que la coherencia psicofisiológica es importante en el mejoramiento de la conciencia, tanto para la conciencia sensorial del cuerpo requerida para ejecutar y coordinar funciones fisiológicas y también para optimizar la estabilidad emocional, la función mental y los actos intencionales. Más aún, existe evidencia experimental de que la coherencia psicofisiológica, puede incrementar nuestra conciencia y sensibilidad hacia quienes están a nuestro alrededor. El Instituto Heart Math ha creado técnicas y herramientas prácticas que cualquier gente puede usar para incrementar la coherencia psicofisiológica.
Interacción entre los individuos por medio del campo cardiaco.
La mayoría de la gente piensa en la comunicación social únicamente en términos de señales manifiestas expresadas a través del lenguaje, la voz, gestos, expresiones faciales y movimientos corporales. Sin embargo, ahora existe evidencia de que un sutil pero influyente sistema electromagnético o sistema de comunicación “energético” opera justo bajo nuestra conciencia.
Las interacciones energéticas probablemente contribuyen a la atracción o repulsión “magnética” entre individuos, pero también afectan los intercambios sociales y las relaciones.
Es más, pareciera que el campo electromagnético del corazón juega un papel importante en el hecho de comunicar información fisiológica, psicológica, emocional y social entre los individuos.
Experimentos llevados a cabo en el Instituto Heart Math, han encontrado evidencia notable de que el campo electromagnético del corazón puede transmitir información a la gente. Hemos sido capaces de medir el intercambio de energía cardiaca entre individuos separados hasta por metro y medio de distancia.
También hemos encontrado que las ondas cerebrales de una persona pueden sincronizarse con el corazón de otra. Es más, cuando un individuo está generando un ritmo cardiaco coherente, es más probable que ocurra la sincronización entre las ondas cerebrales de esa persona y los latidos del corazón de otro.
Estos intrigantes descubrimientos, sugieren que aquellos individuos en un estado de coherencia psicofisiológica se vuelven más conscientes de la información codificada en los campos de los corazones de los que están a su alrededor.
El resultado de estos experimentos nos ha llevado a deducir que el sistema nervioso actúa como una “antena”, que está sintonizada y responde a los campos electromagnéticos producidos por los corazones de otros individuos.
Creemos que esta capacidad de intercambiar información es una habilidad innata que intensifica la conciencia y mediatiza importantes aspectos de verdadera empatía y sensibilidad hacia otros.
Además, hemos observado que esta habilidad de comunicación energética puede ser mejorada intencionalmente, produciendo un nivel mucho más profundo de comunicación no verbal, entendimiento y conexión entre la gente.
Incluso existe evidencia impactante de que la interacción entre los campos del corazón puede ocurrir entre personas y animales.
La comunicación energética a través del campo del corazón facilita el desarrollo de una expansión de nuestra conciencia en relación con nuestro mundo social.
El campo del corazón y la intuición.
Existen también nuevos datos que sugieren que el campo electromagnético del corazón está directamente relacionado con la percepción intuitiva, a través de un acoplamiento con un campo energético de información que trasciende los límites del espacio y del tiempo.
Utilizando un riguroso diseño experimental, hemos encontrado una fuerte evidencia de que, tanto el corazón como el cerebro, reciben y responden a información sobre un futuro evento antes de que éste suceda.
Incluso más sorprendente fue nuestro hallazgo de que el corazón parece recibir esta información “intuitiva” antes que el cerebro. Esto sugiere que el campo del corazón se puede asociar a un campo energético más sutil que contiene información sobre objetos y eventos remotos en el espacio tiempo del futuro. Llamado “dominio espectral” por Kart Pribam y otros, esto sería una energía potencial que envuelve al espacio y al tiempo que sería la base para nuestra conciencia y comprensión de “el todo.”
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