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sábado, 20 de septiembre de 2014
Científicos estadounidenses descubren una nube de alcohol en el espacio
La región del espacio en que se ha descubierto la nube de alcohol se conoce como W3(OH) y está situada a 6500 años luz de la Tierra, según el astrofísico y profesor de física del Instituto de Tecnología de Rochester, EE.UU., Brian Koberlein.
Se trata de una nube de alcohol metílico (comúnmente conocido como alcohol de madera), que no es potable.
El científico explica que aunque a primera vista el descubrimiento pueda parecer sorprendente, el alcohol es una molécula relativamente sencilla y se compone de elementos relativamente abundantes en el espacio (hidrógeno, carbono, oxígeno).
Koberlein asegura que la abundancia de moléculas sencillas similares a las del alcohol, combinadas con una pequeña cantidad de energía, pueden causar la emisión estimulada de luz, que se conoce con el nombre de máser astrofísico.
Normalmente, un átomo o una molécula emiten luz de forma aleatoria. Los electrones de un átomo tienen una pequeña cantidad de energía extra (lo cual significa que están en un estado excitado), y emiten un fotón para bajar su nivel de energía. Se produce lo que se llama la emisión espontánea.
Sin embargo, cuando un electrón se encuentra en un estado excitado, y la molécula es afectada por un fotón, esto puede provocar que el electrón baje su nivel de energía emitiendo otro fotón. Este proceso se conoce con el nombre de emisión estimulada. En este caso, un fotón provoca que una molécula emita otro fotón, y estos fotones pueden causar que todavía más moléculas emitan sus fotones, lo cual se convierte en una cascada de emisión estimulada. Dado que todos los fotones se mueves juntos, la emisión es muy brillante.
Para provocar la aparición de un máser astrofísico, es necesario que se cumpla una serie de condiciones. En primer lugar, se necesita un tipo de molécula con unas líneas de emisión fuertes, como son las moléculas del alcohol metílico. Además, estas moléculas tienen que estar bastante concentradas para que los fotones estimulados puedan afectar otras moléculas para provocar la cascada. Por último, se necesita una fuente de energía, como las protoestrellas que empiezan a calentarse. Todas estas condiciones existen en W3(OH), ya que la nube de alcohol rodea una nube molecular.
La región puede apreciarse en la imagen, en la cual la nube de alcohol se ve como un área en falso color, mientras que los puntos blancos son los máseres astrofísicos.
Cuando los másers se inventaron por primera vez en los años 50, se pensaba que eran completamente una creación humana. Ahora sabemos que los másers son un fenómeno natural.
martes, 8 de abril de 2014
El lado más oscuro de la música: ¿Cómo manipulan nuestro comportamiento?
La música nos ayuda a relajarnos, nos permite disminuir el dolor y también potencia nuestra productividad. Sin embargo, no todos sus efectos son positivos, la música tiene una faceta más oscura que casi nunca sale a la luz pero de la que debemos mantenernos particularmente atentos, sobre todo porque otras personas pueden utilizarlas para incidir sobre nuestras decisiones y manipular nuestro comportamiento.
1. La música nos hace beber más alcohol
Investigadores de la Universidad de Bretagne-Sud se preguntaron si la música podría motivar a las personas a beber más. Ni cortos ni perezosos, se pusieron de acuerdo con los dueños de dos bares para manipular la música que se escuchaba en sus locales. En algunos casos no se utilizó música en absoluto y en otros se varió el tempo y el género. ¿Qué sucedió?
Después de analizar el comportamiento de 40 personas, los investigadores apreciaron que la música incide en la cantidad de alcohol consumida. Mientras más rápido es el tempo de la música y más elevado el volumen, más bebían las personas. ¿Por qué? Estos psicólogos piensan que la clave está en el nivel de excitación que provoca la música, lo cual nos hace beber mucho más rápido y, como consecuencia, ordenar más bebidas en menos tiempo. Obviamente, se trata de una estrategia que los dueños de las discotecas y los bares aprovechan para incrementar el consumo.
2. La música nos motiva a gastar más
Existen decenas de factores que influyen en nuestras decisiones de compra y la música es uno de ellos, de hecho, es uno de los más importantes. Un curioso experimento realizado por investigadores de la Universidad de Bretagne-Sud nos demuestra cómo la música incide en la cantidad de dinero que gastamos.
En esta ocasión los psicólogos se pusieron de acuerdo con la propietaria de una floristería. Una vez más, manipularon la música cuando los clientes entraban: en algunos casos no había música y en otros se apostó por temas románticos o por canciones pop. ¿Qué pasó? Los resultados mostraron sin lugar a dudas que la cantidad de dinero que las personas gastaban en la floristería era mayor cuando sonaba una música romántica
Obviamente, este no es el único estudio que se ha realizado en este ámbito. Investigadores de la University of New South Wales se preguntaron qué efecto tendría la música en la cantidad de dinero que gastamos cuando vamos a un restaurante. Así descubrieron que las personas estaban dispuestas a pedir platos más caros cuando había una música de fondo. Además, también se apreció que el jazz era el género que más los motivaba a gastar.
3. La música promueve actitudes poco éticas
La música puede ser un elemento muy persuasivo, ya lo hemos visto. Sin embargo, ¿su influjo es tan potente como para hacer que aceptemos comportamientos poco éticos? Esta pregunta se la plantearon investigadores del Tel-Aviv Yaffo Academic College e idearon una forma muy interesante para responderla.
Estos psicólogos grabaron un anuncio de radio para un sitio web inexistente que alentaba a las personas a alterar sus documentos para obtener una pensión más alta. La mitad de las personas escuchó el anuncio sin música y la otra mitad con un allegro de Mozart como fondo. Asombrosamente, quienes escucharon el anuncio con música, lo evaluaron de manera más positiva.
Para cerciorarse de sus resultados, repitieron el experimento incluyendo algunas variaciones. Esta vez el supuesto sitio web les alentaba a cometer fraude en los exámenes y uno de los anuncios se transmitía con la versión de James Brown del tema “I feel good” como fondo. Todos los estudiantes debían completar un cuestionario donde se evaluaba su actitud hacia la falta de honestidad, solo que algunos lo completaron antes de escuchar el anuncio y otros después. Una vez más, quienes escucharon el anuncio con la música mostraron una actitud más conforme con la deshonestidad.
En resumen, la música no solo incide en nuestro estado de ánimo sino que incluso determina nuestras decisiones, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Por tanto, es mejor mantenerse atentos.
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