Siete kilos de material rocoso que parecían una bola de fuego mientras caían en Marruecos en julio pasado provenían de Marte, reveló este miércoles la Sociedad Internacional de Meteoritos y Ciencia Planetaria a través de su boletín. El meteorito nombrado Tissint es el mayor que ha caído en la Tierra proveniente de Marte hasta ahora.
Los meteoritos son una mezcla de rocas y metal que suelen desprenderse de los diversos cuerpos del Sistema Solar y tras viajar por el espacio caen en la Tierra o cualquier otro cuerpo celeste.
La mayor parte de las veces la caída de estos objetos pasa inadvertida y son encontrados mucho tiempo después; para confirmar que provienen del espacio deben ser sometidos a pruebas.
Tissint se distingue por su masa y porque sí se registró su caída a la Tierra, aunque sus restos comenzaron a ser recuperados en octubre. Para satisfacción de los científicos, era un buen momento porque los compuestos de la Tierra no habían afectado su composición, como puede suceder.
Hay registros de que 55 meteoritos de Marte han caído a nuestro planeta, de los cuales se ha observado a cinco, de acuerdo con el boletín de la Sociedad Internacional de Meteoritos y Ciencia Planetaria.
Los científicos usan los fragmentos para estudiar la composición de los planetas, y en el caso de Marte, saber si alguna vez hubo vida, según la profesora Lydia Hallis, del Instituto de Geofísica y Planetología de la Universidad de Hawai, en Manoa.
“De la química de esos productos podemos hallar más información sobre el ambiente marciano a lo largo del tiempo, por ejemplo, si era común que el agua estuviera en la superficie, y, potencialmente, descubrir si alguna vez hubo un momento en que Marte hubiera sido apto para la vida”, describió.
La madrugada del 18 de julio del 2011 varias personas de la región del valle de Oued Draa, al este de la región de Tata, en Marruecos vieron una brillante bola de fuego proveniente del cielo.
Un testigo, Aznid Lhou, dijo que el fuego era amarillo pero después se transformó en un color verdoso que iluminó toda el área antes de parecer dividirse en dos; después se escucharon dos explosiones sobre el valle.
En octubre del 2011, los nómadas comenzaron a encontrar piedras poco comunes cubiertas por una corteza negra con crestas en la capa exterior y algunas zonas más brillantes.
Otras rocas que tienen la corteza más delgada y se han fragmentado, han dejado ver zonas grisáceas con macrocristrales de olivino amarillo muy pálido y pequeños focos de vetas muy finas de cristal negro.
En México ocurrió un incidente similar al de Marruecos el seis de enero pasado. Habitantes de las localidades de San Javier, Sinaloa y La Mesa, en el norte de México, vieron caer un objeto. Científicos de la NASA, participan en su búsqueda, informó en su momento la directora del Centro de Ciencias de Sinaloa.
Los meteoritos son una mezcla de rocas y metal que suelen desprenderse de los diversos cuerpos del Sistema Solar y tras viajar por el espacio caen en la Tierra o cualquier otro cuerpo celeste.
La mayor parte de las veces la caída de estos objetos pasa inadvertida y son encontrados mucho tiempo después; para confirmar que provienen del espacio deben ser sometidos a pruebas.
Tissint se distingue por su masa y porque sí se registró su caída a la Tierra, aunque sus restos comenzaron a ser recuperados en octubre. Para satisfacción de los científicos, era un buen momento porque los compuestos de la Tierra no habían afectado su composición, como puede suceder.
Hay registros de que 55 meteoritos de Marte han caído a nuestro planeta, de los cuales se ha observado a cinco, de acuerdo con el boletín de la Sociedad Internacional de Meteoritos y Ciencia Planetaria.
Los científicos usan los fragmentos para estudiar la composición de los planetas, y en el caso de Marte, saber si alguna vez hubo vida, según la profesora Lydia Hallis, del Instituto de Geofísica y Planetología de la Universidad de Hawai, en Manoa.
“De la química de esos productos podemos hallar más información sobre el ambiente marciano a lo largo del tiempo, por ejemplo, si era común que el agua estuviera en la superficie, y, potencialmente, descubrir si alguna vez hubo un momento en que Marte hubiera sido apto para la vida”, describió.
La madrugada del 18 de julio del 2011 varias personas de la región del valle de Oued Draa, al este de la región de Tata, en Marruecos vieron una brillante bola de fuego proveniente del cielo.
Un testigo, Aznid Lhou, dijo que el fuego era amarillo pero después se transformó en un color verdoso que iluminó toda el área antes de parecer dividirse en dos; después se escucharon dos explosiones sobre el valle.
En octubre del 2011, los nómadas comenzaron a encontrar piedras poco comunes cubiertas por una corteza negra con crestas en la capa exterior y algunas zonas más brillantes.
Otras rocas que tienen la corteza más delgada y se han fragmentado, han dejado ver zonas grisáceas con macrocristrales de olivino amarillo muy pálido y pequeños focos de vetas muy finas de cristal negro.
En México ocurrió un incidente similar al de Marruecos el seis de enero pasado. Habitantes de las localidades de San Javier, Sinaloa y La Mesa, en el norte de México, vieron caer un objeto. Científicos de la NASA, participan en su búsqueda, informó en su momento la directora del Centro de Ciencias de Sinaloa.
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