Vidrio de un collar de Tutankhamón proveniente de una bola de fuego. En 1996 se produjo un hallazgo singular en el Museo Egipcio de El Cairo. Ese año, el mineralogista italiano, Vincenzo de Michele, observó una gema muy rara de color amarillo-verdoso en uno de los collares ceremoniales del mítico faraón egipcio, Tutankamón. La joya fue sometida a una serie de investigaciones y se determinó que era un tipo de vidrio extremadamente duro, formado por 98% de sílice.Michele localizó el origen del misterioso material en el Gran Mar de Arena, cerca de la Meseta de Saad, en el área casi deshabitada del sudoeste de Egipto, donde hallaron una serie de pedazos de vidrio sin ninguna aparente vinculación lógica con el lugar. Estos mismos pedazos de vidrio se convirtieron en un enigma científico: ¿cómo llegaron ahí? y ¿cómo se habían producido? Una nueva teoría vincula el vidrio del collar de Tutankhamón con el espacio exterior. Cielo de fuego. El austriaco Christian Koeberl, estableció que el vidrio se había formado a una temperatura tan alta, que sólo había una explicación para ello: el impacto de un meteorito contra la Tierra. Sin embargo, no hay signos de que, como consecuencia de un posible impacto, se haya producido un cráter, ni siquiera en las imágenes satelitales. Por su parte, el geofísico estadounidense John Wasson sugirió que lo produjo una explosión aérea inmensamente mayor en energía que una bomba nuclear; 10.000 veces más poderoso. Una combustión aérea semejante pudo haber generado el calor necesario para trasformar ese sector del desierto del Sahara en vidrio. este material es conocido como VDL: Vidrio del Desierto de Libia.
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