El descubrimiento de la penicilina fue el pistoletazo de salida de la revolución antibiótica. Sin embargo, en una investigación al estilo forense del laboratorio de Alexander Fleming, quien descubrió el hongo de fama mundial, se sugiere que lo que encontró el premio Nobel, ha sido mal interpretado durante 80 años.
Fleming volvía de unas vacaciones en familia en agosto de 1928, y encontró que un hongo había contaminado las muestras de bacterias que había dejado en su laboratorio, era evidente que se trataba de un asesino de bacterias. Calculó que el hongo era algún tipo de secreción que podía ser útil en el tratamiento las infecciones bacterianas humanas, Fleming envió sus muestras a unos investigadores de EE.UU., y estos identificaron el hongo como Penicillium chrysogenum, entonces buscaron cepas similares hasta hallar la que daría la mayor secreción de antibióticos. La cepa que ganó provenía de un melón cantaloupe con moho, actualmente adaptado para producir la penicilina.
Daniel Henk, Matthew Fisher, y sus colegas, del Imperial College de Londres, echaron un vistazo a las muestras de hongos que aún se conservan en el laboratorio Fleming en Londres, ahora un museo. Incluso limpiaron su viejo cuaderno. Luego las compararon con muestras de hongos recolectados por 300 voluntarios de todo el mundo.
El equipo de Henk y Fisher, investigó la genética de todas las muestras mediante el estudio de ciertos fragmentos fácilmente reconocibles del genoma: estos fragmentos tienden a no codificar proteínas específicas, sino que se caracterizan por la repetición de patrones particulares de secuencias cortas de ADN.Daniel Henk, Matthew Fisher, y sus colegas, del Imperial College de Londres, echaron un vistazo a las muestras de hongos que aún se conservan en el laboratorio Fleming en Londres, ahora un museo. Incluso limpiaron su viejo cuaderno. Luego las compararon con muestras de hongos recolectados por 300 voluntarios de todo el mundo.
Ni uno, ni dos, ni tres
En las muestras que originalmente habría sido clasificado como P. chrysogenum, el equipo identificó cuatro especies distintas, la original y tres nuevas. “Hay mucha diversidad dentro de lo que pensábamos que era una sola especie”, comenta Henk.
El hongo de Fleming (una de las especies anteriormente desconocidas) parece ser el más común de los cuatro. “Es probable que esté entre los organismos multicelulares más comunes del planeta”, señala Fisher.
La investigación también reveló que el hongo tiene dos sexos, y que su genoma llevaba señas de recombinación, lo que sugiere que el organismo pudo tener relaciones sexuales pese a no haberse visto. “Tienen lo que se conoce como sexo críptico o furtivo”, dice Fisher. “No podemos hacer que pase en el laboratorio, únicamente tenemos la evidencia de que ha sucedido.”
En el equipo esperan que, su trabajo ayude a otros a encontrar nuevos antibióticos. “Cuando el Departamento de Agricultura de EE.UU. buscaba hongos con propiedades antimicrobianas, lo hacía desde un muestreo al azar”, añade Henk. Y lo que este nuevo análisis sugiere es que, al hacerlo, la mayoría de veces saldrán las especies de Fleming . En el futuro podremos utilizar las secuencias de ADN, para confirmar las muestras que nos lleven a algo verdaderamente nuevo y digno de investigar.
Henk y Fisher esperan que las especies de Fleming, sean nombradas Penicillium flemingii, pero antes de eso, van a tener que convencer al resto de la comunidad que dicho hongo es realmente nuevo. Jens Frisvad, de la Universidad Técnica de Dinamarca, en Kongens Lyngby, tiene algunas dudas. Basándose en sus investigaciones, él sospecha que la especie podría haber sido ya nombrada como P. rubens, cinco años antes de las vacaciones de Fleming.
No hay comentarios:
Publicar un comentario