‘Una nueva idea primero es condenada como ridícula y luego descartada como trivial, hasta que finalmente se convierte en algo que todo el mundo conoce.’William James
A través de todo el presente siglo se han publicado libros detallando observaciones hechas por doctores y enfermeras sobre pacientes moribundos.
Aunque las visiones en el lecho de muerte se pueden encontrar en la literatura y en el conocimiento popular de todas las épocas, ellas eran raramente mencionadas en la literatura científica hasta los finales de 1920, cuando fueron estudiadas por Sir William Barrett, un profesor de física del Royal College of Science, en Dublin.
El se interesó en este tópico cuando su esposa, quien era cirujano obstetra, llegó a casa una noche y le contó de una mujer que había muerto en el hospital ese día de una hemorragia después de dar a luz.
Justo antes de morir la mujer, Doris, se sentó y se mostró muy excitada por haber visto un paisaje maravilloso y dijo que su padre había venido a escoltarla para ir al otro lado.
Lo que resultó mas sorprendente para los Barretts fue el hecho de que la mujer súbitamente expresó sorpresa de ver a su hermana, Vida, con su padre. Parece que la hermana de Doris, Vida, había muerto sólo tres semanas antes. Pero como Doris había estado tan enferma, la muerte de su querida hermana había sido mantenida en secreto para que ella no lo supiera.
Esta historia resultó ser tan edificante para Barrett que él emprendió un estudio sistemático de las visiones en el lecho de muerte. El suyo fue el primer estudio científico que concluyó que la mente del paciente moribundo en muchas ocasiones es clara y racional. Él también reportó un número de casos en los cuales el personal médico o los familiares presentes compartieron la visión del paciente moribundo.
Su libro, publicado en 1926 fue titulado Deathbed Visions (Visiones en el lecho de muerte). En él se destaca que:
• Muchas veces en el momento de la muerte las personas ven a un amigo o familiar al lado de su cama quien ellos pensaban que aun estaba vivo
• En todos los casos, cuando se comprobó, la persona que ellos vieron había muerto antes sin su conocimiento
• Niños moribundos frecuentemente expresan sorpresa porque los ángeles que ellos ven esperándolos no tienen alas.
En los años 1960 el D.r Karlis Osis de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica hizo un estudio piloto de visiones en el lecho de muerte que confirmaron las conclusiones de Barrett y que más tarde fueron verificadas a través de diferentes culturas. Sus descubrimientos fueron:
• La más común clase de visión era de personas que habían muerto antes que ellos• Las visiones usualmente eran de corta duración, cinco minutos o menos• Los pacientes moribundos decían que el visitante había venido con el propósito de llevarlos consigo• Las creencias en la vida póstuma no tienen significado en la frecuencia o en la clase de aparición vista• La mayoría de los pacientes en el estudio no habían recibido drogas que pudieran causar alucinaciones.
En 1977 el Dr. Osis y su colega, D.r Erlenddur Haraldsson, publicaron At the Hour of Death (A la hora de la muerte). Este libro extendió el estudio original e incluyó reportes de más de 1.000 doctores y enfermeras en India así como de Estados Unidos. En total se reportó sobre la muerte de más de cien mil personas. Estos estudios se encontraron en buena correlación con los trabajos pioneros hechos en un período de 30 años y reportados en varios trabajos del Dr. Robert Crookall de Inglaterra.
De acuerdo con la información que le fue dada por el personal médico:
• Solo el diez por ciento de las personas están concientes poco antes de su muerte • De este grupo solo la mitad o dos terceras partes tiene visiones de muerte cercanas• Estas visiones toman la forma de visitas y apariciones de seres queridos, vistazos del próximo mundo e inexplicables estados de ánimo exaltados.
El Dr. Melvin Morse plantea que el historiador francés, Philippe Aries, ha documentado que antes del año 1.000AD los moribundos solían contar visiones de Dios y decir que veían a los que habían muerto antes que ellos. El se lamenta que hoy los pacientes que tienen tales visiones son tratados por ‘ansiedad’ con narcóticos y Valium, los cuales borran la memoria a corto plazo y evitan que los pacientes recuerden cualquier visión que hayan tenido (Morse 1993: 60). Él también afirma que cerca del noventa por ciento de las personas que mueren en hospitales son ‘fuertemente sedadas, interminablemente resucitadas y medicadas’ y que los doctores ven las visiones en el lecho de muerte como un problema que hay que medicar hasta que desaparezca (Morse 1993: 63).
En su libro Closer to the Light—Learning from the Near-Death Experiences of Children (Más cerca de la Luz—Aprendiendo de las experiencias cercanas a la muerte de los niños) Morse plantea el punto de vista de que las visiones en el lecho de muerte son ‘un aspecto olvidado del misterioso proceso de la vida’ el cual puede tener un maravilloso efecto confortante y curativo tanto para los pacientes moribundos como para la familia (1993: 65). El recuerda varios casos donde los niños antes de la muerte comenzaron a ver visiones de la vida póstuma durante los últimos días de sus vidas. Describieron asombrosos colores, hermosos lugares y familiares fallecidos los cuales ellos no sabían que existían.
A través de todo el presente siglo se han publicado libros detallando observaciones hechas por doctores y enfermeras sobre pacientes moribundos.
Aunque las visiones en el lecho de muerte se pueden encontrar en la literatura y en el conocimiento popular de todas las épocas, ellas eran raramente mencionadas en la literatura científica hasta los finales de 1920, cuando fueron estudiadas por Sir William Barrett, un profesor de física del Royal College of Science, en Dublin.
El se interesó en este tópico cuando su esposa, quien era cirujano obstetra, llegó a casa una noche y le contó de una mujer que había muerto en el hospital ese día de una hemorragia después de dar a luz.
Justo antes de morir la mujer, Doris, se sentó y se mostró muy excitada por haber visto un paisaje maravilloso y dijo que su padre había venido a escoltarla para ir al otro lado.
Lo que resultó mas sorprendente para los Barretts fue el hecho de que la mujer súbitamente expresó sorpresa de ver a su hermana, Vida, con su padre. Parece que la hermana de Doris, Vida, había muerto sólo tres semanas antes. Pero como Doris había estado tan enferma, la muerte de su querida hermana había sido mantenida en secreto para que ella no lo supiera.
Esta historia resultó ser tan edificante para Barrett que él emprendió un estudio sistemático de las visiones en el lecho de muerte. El suyo fue el primer estudio científico que concluyó que la mente del paciente moribundo en muchas ocasiones es clara y racional. Él también reportó un número de casos en los cuales el personal médico o los familiares presentes compartieron la visión del paciente moribundo.
Su libro, publicado en 1926 fue titulado Deathbed Visions (Visiones en el lecho de muerte). En él se destaca que:
• Muchas veces en el momento de la muerte las personas ven a un amigo o familiar al lado de su cama quien ellos pensaban que aun estaba vivo
• En todos los casos, cuando se comprobó, la persona que ellos vieron había muerto antes sin su conocimiento
• Niños moribundos frecuentemente expresan sorpresa porque los ángeles que ellos ven esperándolos no tienen alas.
En los años 1960 el D.r Karlis Osis de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica hizo un estudio piloto de visiones en el lecho de muerte que confirmaron las conclusiones de Barrett y que más tarde fueron verificadas a través de diferentes culturas. Sus descubrimientos fueron:
• La más común clase de visión era de personas que habían muerto antes que ellos• Las visiones usualmente eran de corta duración, cinco minutos o menos• Los pacientes moribundos decían que el visitante había venido con el propósito de llevarlos consigo• Las creencias en la vida póstuma no tienen significado en la frecuencia o en la clase de aparición vista• La mayoría de los pacientes en el estudio no habían recibido drogas que pudieran causar alucinaciones.
En 1977 el Dr. Osis y su colega, D.r Erlenddur Haraldsson, publicaron At the Hour of Death (A la hora de la muerte). Este libro extendió el estudio original e incluyó reportes de más de 1.000 doctores y enfermeras en India así como de Estados Unidos. En total se reportó sobre la muerte de más de cien mil personas. Estos estudios se encontraron en buena correlación con los trabajos pioneros hechos en un período de 30 años y reportados en varios trabajos del Dr. Robert Crookall de Inglaterra.
De acuerdo con la información que le fue dada por el personal médico:
• Solo el diez por ciento de las personas están concientes poco antes de su muerte • De este grupo solo la mitad o dos terceras partes tiene visiones de muerte cercanas• Estas visiones toman la forma de visitas y apariciones de seres queridos, vistazos del próximo mundo e inexplicables estados de ánimo exaltados.
El Dr. Melvin Morse plantea que el historiador francés, Philippe Aries, ha documentado que antes del año 1.000AD los moribundos solían contar visiones de Dios y decir que veían a los que habían muerto antes que ellos. El se lamenta que hoy los pacientes que tienen tales visiones son tratados por ‘ansiedad’ con narcóticos y Valium, los cuales borran la memoria a corto plazo y evitan que los pacientes recuerden cualquier visión que hayan tenido (Morse 1993: 60). Él también afirma que cerca del noventa por ciento de las personas que mueren en hospitales son ‘fuertemente sedadas, interminablemente resucitadas y medicadas’ y que los doctores ven las visiones en el lecho de muerte como un problema que hay que medicar hasta que desaparezca (Morse 1993: 63).
En su libro Closer to the Light—Learning from the Near-Death Experiences of Children (Más cerca de la Luz—Aprendiendo de las experiencias cercanas a la muerte de los niños) Morse plantea el punto de vista de que las visiones en el lecho de muerte son ‘un aspecto olvidado del misterioso proceso de la vida’ el cual puede tener un maravilloso efecto confortante y curativo tanto para los pacientes moribundos como para la familia (1993: 65). El recuerda varios casos donde los niños antes de la muerte comenzaron a ver visiones de la vida póstuma durante los últimos días de sus vidas. Describieron asombrosos colores, hermosos lugares y familiares fallecidos los cuales ellos no sabían que existían.
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