Científicos del Instituto de Microelectrónica y Microsistemas en Nápoles (Italia) han conseguido leer un antiguo pergamino carbonizado por la erupción del Vesubio hace casi 2.000 años. Hasta ahora, solo han podido descifrar unas cuantas palabras, pero el avance, realizado con una técnica de rayos X, podría conducir al redescubrimiento de las obras griegas o romanas de la literatura en cientos de papiros que se consideran demasiado frágiles para desenrollar y leer.
La erupción del Vesubio en el año 79 d.C. borró del mapa las ciudades cercanas de Pompeya y Herculano, que quedaron cubiertas de ceniza volcánica. No se libraron ni las más humildes moradas ni las villas de lujo. En Herculano, la lluvia de cenizas cayó también sobre una biblioteca que se cree perteneció al cuñado del mismo Julio César. La biblioteca, redescubierta en el siglo XVIII, contiene cientos de rollos de papiro, ahora marchitos como si fueran trozos de carbón o viejos troncos quemados.
Científicos y clasicistas han tratado de desenrollar los papiros y leer su contenido, pero varios se destruyeron en el proceso. Incluso se intentó utilizar procedimientos químicos, pero resultaron un desastre. La biblioteca contiene entre 600 y 700 libros, y es posible que la mitad estén aún intactos.
Alfabeto griego
En 2009, Brent Seales, un científico de la computación en la Universidad de Kentucky en Lexington, utilizó por primera vez rayos X para ver el interior de dos papiros cerrados. Fue un buen intento, pero resultó inútil para leer las letras.
Ahora, los investigadores han intentado una técnica diferente, llamada tomografía de fase de rayos X, que se utiliza en medicina para ver las estructuras de tejidos blandos, como el cerebro, los pulmones o el pecho. Funciona mediante la detección del contraste de cómo los materiales refractan, en lugar de absorber, los rayos X. En el pergamino, las letras entintadas se elevaban 0,1 milímetros sobre la superficie. Ese pequeño bache fue suficiente para que el equipo pudiera distinguir la tinta con los rayos X del Sincrotrón de Grenoble, en Francia.
Los investigadores fueron capaces de descifrar un alfabeto de letras griegas, y palabras ocasionales. Creen probable que el texto sea una copia del escrito por el filósofo y poeta Filodemo (110 aC-40 aC), que se veía a sí mismo como el defensor de las enseñanzas de Epicuro, filósofo que vivió dos siglos antes y construyó un sistema de ética basado en una visión materialista del mundo.
«Los textos son muy importantes para nuestra comprensión de la filosofía helenística», dice a Nature David Blank, un clasicista de la Universidad de California, Los Ángeles, y uno de los responsables del proyecto. Los investigadores esperan hacer nuevos progresos y creen posible que más papiros sigan ocultos en Herculano, por lo que animan a que continúen las excavaciones.
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